Este sábado 3/12 vi el espectáculo escrito por Lisandro Fiks, basado en un hecho real e inspirado en Federico García Lorca, 25 millones de argentinos y quedé impactada. Desde el título, uno que tiene algunos años, ya imagina qué época va a abordar y qué mirada sobre la misma puede llegar a encontrar en el mismo.
Bajo la excusa del relato de una ex montonera, asistimos a una historia conmovedora, de resistencia, traiciones, valores y militancia que nos deja un sabor amargo, pero con una luz de esperanza.
Ana, la protagonista, nos relata su historia de amor y militancia junto a Juan, un dirigente montonero de La Plata, la relación con su madre, viuda de un sargento de marina y negada absolutamente a la realidad que la Argentina está viviendo en ese fatídico invierno de 1978, su amigo de la infancia, Facundo y la novia de este, la hija de un genocida, y un personaje siniestro, Marcelo Ortíz, quien es un servicio de inteligencia, responsable de la captura de Ana y de Facundo.
Es de destacar la caracterización de cada uno de los personajes, que con algunos movimientos, formas de expresarse, o incluso, simples comentarios , pintan al personaje de forma acabada. Por poner un ejemplo, el juego con las manos que realiza el personaje de la madre de Ana, la risita de su amiga o el acomodarse constantemente el cinturón de Ortíz, dejando entrever el arma que lleva en la cintura.
Todo esto, matizado con propagandas de la época, imágenes del Mundial ´78 que recrea un clima cada vez más opresivo y asfixiante.
La puesta es fuerte y logra su objetivo, que el público se sumerja en esos años de dictadura cívico militar y que pueda acompañar el relato de la protagonista.
Bajo la excusa del relato de una ex montonera, asistimos a una historia conmovedora, de resistencia, traiciones, valores y militancia que nos deja un sabor amargo, pero con una luz de esperanza.
Ana, la protagonista, nos relata su historia de amor y militancia junto a Juan, un dirigente montonero de La Plata, la relación con su madre, viuda de un sargento de marina y negada absolutamente a la realidad que la Argentina está viviendo en ese fatídico invierno de 1978, su amigo de la infancia, Facundo y la novia de este, la hija de un genocida, y un personaje siniestro, Marcelo Ortíz, quien es un servicio de inteligencia, responsable de la captura de Ana y de Facundo.
Es de destacar la caracterización de cada uno de los personajes, que con algunos movimientos, formas de expresarse, o incluso, simples comentarios , pintan al personaje de forma acabada. Por poner un ejemplo, el juego con las manos que realiza el personaje de la madre de Ana, la risita de su amiga o el acomodarse constantemente el cinturón de Ortíz, dejando entrever el arma que lleva en la cintura.
Todo esto, matizado con propagandas de la época, imágenes del Mundial ´78 que recrea un clima cada vez más opresivo y asfixiante.
La puesta es fuerte y logra su objetivo, que el público se sumerja en esos años de dictadura cívico militar y que pueda acompañar el relato de la protagonista.
25 millones de argentinos, con:
Romina Fernándes
Patricia Rozas
Carolina Darman (en reemplazo de Brenda Bonotto)
Manuel Novoa
Lisandro Fiks
Romina Fernándes
Patricia Rozas
Carolina Darman (en reemplazo de Brenda Bonotto)
Manuel Novoa
Lisandro Fiks
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